Durante muchos meses, Cisjordania ha sido un escenario inusual y casi diario del estallido de enfrentamientos armados en las ciudades y pueblos palestinos entre los combatientes de la Resistencia palestina, por un lado, y el ejército de ocupación israelí, por el otro.
Antes esto no era así, porque cualquier patrulla israelí de hasta 10 soldados podía asaltar cualquier pueblo o campamento palestino, golpear e incluso asesinar a sangre fría a cualquier palestino para retirarse horas después, como si nada, y el escenario era recurrente. Sin embargo, lo que está sucediendo hoy sobre el terreno es completamente diferente hasta el punto de que el ejército de ocupación habla de un “desastre que le ha caído de cabeza” debido a la fuerza y solidez de la Resistencia en Cisjordania, que ha seguido creciendo en meses recientes. Es un fenómeno que desdibuja todos los planes del ejército de ocupación y le hace pensar mil veces antes de asaltar cualquier ciudad o campamento en Cisjordania.
Los círculos militares sionistas señalan que “el ritmo de las operaciones armadas palestinas se ha acelerado, a pesar de las detenciones masivas y la intensificación de la coordinación de seguridad con la Autoridad Palestina”.
Según el sitio web hebreo Walla News, “desde principios de 2022 y a pesar de cientos de incursiones de los militares israelíes, los “ataques antiisraelíes” han seguido multiplicándose, al igual que las células armadas secretas”.
Este fenómeno absolutamente incontrolable ha ocurrido a pesar de las amenazas del jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Aviv Kochavi, a principios de este año y su advertencia a los funcionarios de la AP y las facciones de que “si la calma sobre el terreno no regresa y los ataques no se detienen, sus fuerzas se verán obligadas a lanzar una operación a gran escala en Cisjordania, particularmente en el norte”. Pero estas amenazas han avivado el fuego.
Según Walla, la situación negativa derivada de la ocupación y la “incitación” en las redes sociales, particularmente del movimiento Hamas, han llevado a una ola de operaciones dentro de las ciudades. El ejército israelí tuvo que enfrentarse a dos opciones: llevar a cabo un operación a gran escala, en particular en el norte de Cisjordania, o implementar operaciones nocturnas basadas en inteligencia contra objetivos específicos. Se eligió la segunda opción para evitar el colapso de la coordinación de seguridad y para permitir la entrada de 130.000 trabajadores por la Línea Verde. ¡Pero las cosas están empeorando!
“El ejército israelí lanzó una operación llamada Operación Rompeolas, y después de una serie de operaciones de una semana, desplegó grandes fuerzas a lo largo de la línea de contacto e intensificó sus actividades para realizar arrestos, pero las actividades armadas han aumentado, especialmente en respuesta a estas operaciones”, se lee en el sitio web en idioma hebreo.
Los funcionarios del Shin Bet afirman que “el dinero que fluye hacia Cisjordania ayuda a financiar operaciones de contrabando de armas, además de transferir algunas de ellas a células en Yenín y más recientemente a Nablus para llevar a cabo ataques”.
Según Walla, “lo que está pasando podría acercar al ejército israelí a la opción de llevar a cabo una operación a gran escala en los campos de refugiados, particularmente en Nablus y Yenín, ¿pero nuestro ejército es realmente capaz de eso? Los habitantes de Cisjordania actúan como un ejército profesional y ahuyentan a nuestras fuerzas especiales”.
De hecho, los oficiales de seguridad de la ocupación admiten que, a pesar de los arrestos masivos, que deberían haber contribuido a “neutralizar” los planes de la Resistencia palestina, ha habido un aumento notable de los enfrentamientos, lo que indica que los intentos israelíes no han tenido éxito en “eliminar” estas células que se multiplican.
Source: Medios israelíes