Al inicio de su intervención televisada del sábado 29 de octubre, dedicada específicamente al tema de la demarcación marítima bajo el lema “La Resistencia, garante de derechos y soberanía”, el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, recordó que a principios del siglo XX, hacia 1923, la tutela francesa y británica sobre la región se contentó con delimitar las fronteras terrestres. Y fue recién, a partir del año 2000, con el anuncio de la presencia de hidrocarburos frente a la costa, en el Mediterráneo, especialmente frente al Líbano, que surgió la necesidad de una demarcación marítima.
Luego de explicar que las zonas marítimas se dividen en tres: “aguas territoriales, aguas adyacentes y la Zona Económica Exclusiva”, señaló que la posición oficial del Líbano fue unánime en adoptar la Línea 23, y negar la Línea 1, indicando que la entidad sionista permaneció durante mucho tiempo adherida a esta última, que “confisca unos 860 km2 de la Zona Económica Exclusiva del Líbano, según algunas estimaciones, o incluso 879 km2, según otras, a las que nos adherimos más dentro de Hezbolá”.
“El enemigo sionista impidió que las empresas contratadas por el Líbano llevaran a cabo su investigación. Anunció que esa zona le pertenecía y trazó la Línea 1. El enemigo tomó el control de la zona en disputa y de los bloques fronterizos, y afirmó que estaban dentro de sus fronteras marítimas”.
Agregó que los estadounidenses también advirtieron al Líbano prohibiéndole cualquier actividad de exploración y extracción.
De Berri a Aoun… de Hoff a Hochstein… la Resistencia y los cambios internacionales
Sayyed Nasralá recordó el proceso político que condujo a este dossier:
“Entre 2009 y 2011, un acuerdo tácito entre los presidentes (ejecutivo y legislativo) encomendó al presidente del Parlamento, Nabih Berri, llevar adelante este expediente… Había declarado que no renunciaría ni a un vaso de agua libanesa y fue honesto… Fue en este momento que intervino el primer mediador estadounidense Hoff y propuso una frontera entre la Línea 1 reclamada por el enemigo y la 23 reclamada por el Líbano, otorgando el 45% del área al enemigo y el 55% al Líbano.”
Esta propuesta fue rechazada categóricamente por el Líbano oficial y a partir del anuncio del acuerdo marco, en septiembre de 2020, se formaliza la formación de la delegación libanesa y las demás delegaciones (estadounidense e israelí, nota del editor) para iniciar negociaciones indirectas. El expediente fue trasladado al jefe de Estado, Michel Aoun, quien también lo trató con una gran seriedad.
Y Nasralá dijo para continuar: “Con el cambio de la administración estadounidense, se nombró a (Amos) Hochstein y este sugirió una propuesta más avanzada que la de Hoff sin acceder a las demandas libanesas. Pero fue entonces cuando se produjeron los cambios en la región y en el mundo… Al mismo tiempo llegó la plataforma de Karish (de la compañía Energean, nota del editor), traída por los israelíes, para comenzar la extracción de gas y petróleo. El resumen de los comunicados de los presidentes (jefes del ejecutivo y el legislativo libanés) concluyó que el inicio de la extracción constituiría una agresión contra el Líbano porque se encuentra en un área en disputa”.
“Dada la posición oficial, la Resistencia anunció que no permitiría que el enemigo extrajera su petróleo y gas del campo de Karish antes de llegar a un acuerdo en las negociaciones indirectas y acceder a las demandas libanesas”, continuó.
Presiones del Estado y de la Resistencia y la guerra de Ucrania
Según Sayyed Nasralá, “la posición oficial libanesa unificada y firme y la resonante amenaza de la Resistencia colocaron a “Israel” bajo una fuerte presión… La entidad se enfrentaba a dos opciones: o persistía en extraer (su gas), lo que daría lugar a una confrontación que podría convertirse en una guerra, o detenía sus planes de extracción en Karish hasta lograr un acuerdo. Esto fue difícil para ellos (los funcionarios israelíes) y una humillación. No tienen la capacidad de ir a la guerra o paralizar las extracciones en Karish de forma permanente, razón por la que decidieron ir a unas negociaciones”.
Además, juzgó que “los estadounidenses también estaban bajo presión porque tienen una prioridad llamada guerra entre Rusia y Ucrania y no pueden soportar una segunda guerra”.
“Esta novedad incitó al mediador estadounidense a regresar al Líbano y la región”.
Impasse y drones
El líder de la resistencia también reveló que las negociaciones a veces se estancaron y “estuvimos a punto de entrar en guerra”.
“Luego enviamos nuestros drones y los datos sobre el terreno ilustraron perfectamente que la Resistencia se estaba preparando para la guerra y los israelíes lo sabían muy bien”.
Según dijo, el Líbano consiguió, a pesar de las presiones, la Línea 23 y todos los bloques, e incluso más: “El Líbano consiguió la liberación de esta zona y la libertad de acción para que las empresas puedan ir allí y comenzar los trabajos”.
Indicó también que las dos terceras partes del campo de Qana se encuentra en las aguas territoriales comprendidas dentro la Línea 23 mientras que el último tercio (que también ha sido reconocido como perteneciente al Líbano) está entre esta última y la Línea 29, lo que, según él, constituye una hazaña más.
La hazaña se consiguió gracias a la amenaza de guerra de la Resistencia y la firmeza oficial.
“La amenaza de guerra fue un factor decisivo y una de las causas que hizo posible alcanzar esta hazaña”. “Estuvimos a punto de ir a la guerra, pero los israelíes retrocedieron… El Líbano, en todo esto, mostró coraje, fuerza y sabiduría. Usó la firmeza oficial y el poder de la Resistencia y no temió las amenazas estadounidenses e israelíes”.
Señaló que, para los israelíes, la posición de la Resistencia fue sorprendente. “Lo que los libaneses deberían saber es que los israelíes creían que Hezbolá había quedado disuadido desde la Guerra de 2006. Y contaban con la situación económica y las divisiones internas para evitar que la Resistencia caminara hacia la opción de la fuerza”.
“El enemigo se mostró escéptico, pero llegó a creerlo cuando se lanzaron los drones y cuando vio los preparativos sobre el terreno… Llegó a comprender que la Resistencia no había sido disuadida”.
Dirigiéndose al enemigo israelí, dijo: “Estáis equivocados cuando imagináis que la Resistencia ha quedado disuadida. Aspira al bienestar de los libaneses y de todos los que viven en el Líbano, y se comporta con firmeza y sabiduría. Cuando los intereses nacionales supremos exigen que se crucen las líneas de la confrontación, ella nunca lo dudará, incluso esto si resulta en una guerra”.
Pidió “un seguimiento serio del acuerdo, porque Líbano ha perdido mucho tiempo, y un seguimiento de los temas legales y del fondo soberano”. Aseguró que “en esta etapa el verdadero garante es la posición oficial, el pueblo y la Resistencia. La ecuación sigue siendo la misma”.
Los roles de la Resistencia palestina y del pueblo libanés
Según Sayyed Nasralá, “la Resistencia palestina en Cisjordania también contribuyó a este logro, porque la mitad del ejército israelí está en Cisjordania y no puede luchar en el frente libanés”.
Lo mismo ocurre con el pueblo libanés: “La voluntad del pueblo libanés de ir con el Estado y la Resistencia hacia las opciones más extremas, en caso necesario, ha sido un factor importante para lograr la culminación de la demarcación marítima… Debido a la crisis económica, los libaneses se han dicho a sí mismos que ya no tienen nada que perder. Bien podrían ir hasta el final”.
“La firmeza oficial, la solidaridad de los presidentes (del ejecutivo y del legislativo), la precisión que señalaron de que el Líbano no iba a ir hacia la normalización, la voluntad de la Resistencia, el envío de drones a Karish y el apoyo popular a la posición del Estado y la Resistencia, todos constituyeron activos de fuerza en la consecución de esta hazaña”.
En concreto, elogió “la tenacidad del entorno (popular) de la Resistencia, porque si hubiésemos ido a la guerra, era quien habría recibido los golpes del enemigo. Esta tenacidad formó un punto fuerte para presionar en el expediente negociador”.
El Líbano se ha acercado al “borde de la guerra”
Y en relación a la la importancia de la amenaza de guerra señaló:
“La amenaza de guerra fue un factor de fuerza entre estos factores que fueron complementarios y que llevaron a completar el expediente de demarcación… El enemigo sabía que la amenaza de la Resistencia de ir a la guerra era seria. Todo el mundo debería saber que el Líbano ha estado al borde de la guerra, pero no ha entrado en ella…
“Casi llegamos a la guerra cuando el enemigo anunció una extracción de prueba (el mes pasado, nota del editor). Pero el enemigo se vio obligado a convertirlo en un bombeo desde la playa hasta Karish”.
Según él, “si la guerra hubiera estallado, podría haberse convertido en una guerra regional en la que habrían participado Palestina, Yemen y el resto de las fuerzas del Eje de la Resistencia. Esto también fue parte de los elementos que beneficiaron al Líbano”.
“El Líbano ha actuado en materia de negociaciones de demarcación marítima con fuerza, coraje y sabiduría. El Líbano ha sido fuerte al no ceder ante las amenazas estadounidenses e israelíes, ha sido valiente al amenazar con ir a la guerra y ha sido sabio al manejar las negociaciones y el proceso político”.
Sí, la Resistencia da pan
Sayyed Nasralá cerró su intervención con una llamativa palabra con la que respondió a la consigna que los detractores de la Resistencia en Líbano repetían una y otra vez en su campaña de difamación contra Hezbolá, y según la cual “la Resistencia no da pan para comer”. Una expresión que le niega su contribución al proceso económico del Líbano, que sufre una crisis sin precedentes, según el Banco Mundial.
“Podemos decir que sí, que si la resistencia da pan para comer”, señaló, con una sonrisa.
Source: Al Manar