La aprobación reciente por parte de la entidad sionista de un primer asentamiento en la Cisjordania ocupada en 20 años ha sido objeto de fuertes denuncias por parte de los principales gobiernos europeos.
El jueves, el llamado gabinete de seguridad de Israel votó unánimemente a favor de la construcción de un asentamiento cerca de la ciudad palestina de Ramalá. El asentamiento albergará a unas 40 familias de colonos israelíes desalojadas de Amona, un puesto avanzado demolido en febrero debido a un fallo judicial en el que se eliminaron las estructuras construidas sobre tierras palestinas privadas.
Justo un día antes de que se aprobara el nuevo asentamiento, los estados miembros de la Liga Árabe habían pedido la retirada de Israel de los territorios palestinos y de otros países que ocupa y la formación de un estado palestino independiente basado en las fronteras de 1967.
En un comunicado difundido el viernes, el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, calificó el nuevo plan de construcción israelí de “contrario al Derecho Internacional”, subrayando que socava “seriamente” las perspectivas de la llamada solución de dos Estados.
“Insto a Israel a no tomar medidas como éstas, que nos alejan de nuestra meta común de paz y seguridad y hacen más difícil lograr una relación diferente entre Israel y el mundo árabe”, dijo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia dijo, por su parte, que el anuncio del acuerdo de Israel era “extremadamente preocupante” y señaló que París “condena firmemente estas decisiones que amenazan la paz y se arriesgan a exacerbar las tensiones sobre el terreno”.
“Francia reitera que los asentamientos son ilegales en virtud del Derecho Internacional, en particular en virtud de la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU. Francia pide a Israel que respete su obligaciones internacionales”, dijo la declaración del Ministerio francés, que se refiere a una histórica resolución de diciembre de 2016 que condenó las actividades israelíes en los asentamientos como “una flagrante violación del Derecho Internacional”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania adoptó una postura similar y enfatizó que Berlín esperaba que Tel Aviv “aclare qué solución persigue para una paz duradera con los palestinos”.
“Alemania no reconocerá ningún cambio en las líneas de 1967 que no haya sido acordado entre las partes”, agregó el portavoz.
Federica Mogherini, jefa de Política Exterior de la Unión Europea (UE), también emitió una declaración reiterando que “todos los asentamientos en el territorio palestino ocupado … son ilegales en virtud del Derecho Internacional, constituyen un obstáculo para la paz y amenazan con hacer imposible una solución de dos Estados”.
Los países que han estado apoyando a la entidad sionista en el pasado parecen estar cada vez más irritados con la actitud del régimen de Tel Aviv debido a su actividad en los asentamientos en el territorio palestino ocupado. Tal impaciencia se ha reflejado en una reciente votación del Consejo de Seguridad, que aprobó la Resolución 2334 (2016) en la que EEUU se abstuvo, en un raro movimiento, permitiendo la aprobación del texto por 14 votos contra cero.
La resolución llama a Israel a cesar de forma inmediata todas las actividades en los asentamientos de los territorios ocupaos palestinos.
La ONU ha condenado también la nueva medida israelí.
Source: Agencias