El Departamento de Estado de EEUU ha condenado una violenta confrontación entre los guardaespaldas del presidente turco Recep Tayyip Erdogan y manifestantes en Washington, DC.
“Hemos comunicado nuestra preocupación al gobierno turco en los términos más fuertes posibles”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado el miércoles. “La violencia nunca es una respuesta apropiada a la libertad de expresión”.
La represión estalló poco antes, cuando manifestantes se reunieron frente a la residencia del embajador turco, donde Erdogan se quedaba después de reunirse con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca.
Las protestas pacíficas se convirtieron en violentos enfrentamientos cuando un grupo de partidarios de Erdogan se burlaron de los manifestantes y los atacaron.
La situación empeoró después de que los guardaespaldas de Erdogan y otro personal de seguridad turco se inmiscuyeran y golpearan violentamente a los manifestantes.
La policía dijo que al menos 11 personas resultaron heridas y dos arrestos fueron hechos durante la pelea cuerpo a cuerpo. Dos agentes del Servicio Secreto de EEUU también fueron asaltados por los guardaespaldas de Erdogan en la pelea, dijo un oficial.
El jefe de policía Peter Newsham dijo que el incidente fue un “ataque brutal” contra manifestantes pacíficos. Su departamento estaba investigando el asunto con el Departamento de Estado y el Servicio Secreto.
La alcaldesa de la ciudad, Muriel E. Bowser, calificó el incidente de “una severa brutalidad” y dijo que la policía y todos los funcionarios de la ciudad estaban decididos a resolver la situación.
El senador norteamericano John McCain acusó a los guardaespaldas de Erdogan de “comportamiento de matones”.
Por su parte, la Embajada turca acusó a los manifestantes de estar “vinculados al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)” y dijo que la manifestación era “provocadora”.
Source: Agencias