Ahmad Qassir apuntó al cuartel general del mando militar israelí en el Líbano, situado en el sur en la ciudad de Tiro, 5 meses después de la invasión israelí del Líbano en junio de 1982, la llamada Operación “Paz en Galilea”. Estableció el tono para toda la acción de resistencia que seguiría.
El 11 de noviembre de 1982, este joven de ardor asombroso de apenas 18 años condujo un Peugeot 504 blanco, cargado con 300 kg de explosivos reforzados con minas antitanque, hacia el edificio que albergaba el mando israelí en Tiro. La enorme explosión lo derrumbó con sus 8 pisos, como un castillo de naipes.
Según cifras israelíes, hubo 76 israelíes muertos y 27 desaparecidos que no han sido encontrados y que presumiblemente han muerto. Sayyed Nasralá asegura que hubo 100 muertos entre los oficiales y soldados israelíes.
El edificio albergaba las oficinas de la Inteligencia israelí, el cuartel general de la Unidad de Asistencia del Ejército israelí y la residencia de los oficiales a cargo de las misiones de logística y enlace.
El 19 de mayo de 1985, la Resistencia Islámica reivindicó la operación y anunció la identidad de su autor por la voz de Sayyed Nasralá, quien aún no era secretario general.
Más adelante se supo, gracias a los testimonios del padre de Ahmad Qassir, Hayy Yaafar, y otros, que la idea de la operación a través de un coche bomba surgió de él.
“No podía soportar ver a los soldados israelíes pisando la tierra de sus antepasados. Cada vez que los veía, se enojaba… Una vez, cuando se suponía que debía estar en Beirut, un colaborador vino a decirme que estaba en Nabatiyeh y que era uno de los jóvenes que tiraban piedras al ejército israelí”, dijo su padre.
Otros relataron que cada vez que pasaba delante del cuartel general israelí expresaba su enfado y decía abiertamente que sólo un coche-bomba podía acabar con él y que estaba dispuesto a hacerlo… Una vez, al oír estas palabras, uno de sus conocidos habló de su idea a los combatientes de la Resistencia islámica.
Así fue como la idea se materializó.
En uno de sus discursos, Sayyed Nasralá precisó que el plan fue elaborado en todas sus fases por Imad Mugniyeh, uno de los fundadores más emblemáticos de la Resistencia Islámica y luego su jefe militar, conocido con el alias Hayy Redwan. Habían ido juntos, él y Ahmad Qassir, varias veces al lugar del cuartel general para los preparativos de la operación.
El día de la operación, Mugniyeh lo acompañó en automóvil hasta la entrada del cuartel general, descendió unos metros y vio con sus propios ojos la explosión.
Se levantó un monumento recordatorio al mártir Ahmad Qassir en el mismo lugar, donde posteriormente se erigieron edificios residenciales.
También se dice que la suerte había estado de su lado ese día. El día anterior había llovido y todos los soldados que estaban desperdigados en las tiendas levantadas alrededor del edificio tuvieron que refugiarse allí. Esto explica el gran número de muertos y heridos.
Le tomó 38 años al Shin Bet israelí confesar al público israelí que “este incidente” fue una operación de resistencia de Hezbolá, en sus palabras.
En un artículo publicado en Yediot Ahronoth en noviembre de 2020, Ronen Bergman escribió: “Durante 38 años, el Shin Bet y el Ejército han afirmado repetidamente que el primer desastre de Tiro fue el resultado de una fuga de gas. Sin embargo, esta semana, Yediot Ahronoth reveló que un informe interno del ex subjefe del Shin Bet y documentos secretos publicados aquí por primera vez refuerzan la afirmación de que este fue el primer atentado suicida de Hezbolá… Actualmente, muchos supervivientes, viudas y huérfanos del desastre están presionando al Shin Bet y a las fuerzas de seguridad para que dejen de encubrir los hechos y salgan de entre los escombros del edificio de Tiro, donde permanece enterrada la verdad”.
Recordando ese momento, en 2019, Sayyed Nasralá dijo: “Fue una operación contundente y sísmica. Todavía veo el espectáculo, cómo Ariel Sharon se quedó humillado, sombrío, triste y frustrado, ante este golpe violento que golpeó a su ejército y le fue infligido por un solo joven llamado Ahmed Qassir.”
Source: Al Manar