Simultáneamente al ataque de las fuerzas de seguridad y los comandos del régimen de Bahrein contra la localidad de Al Diraz y la vivienda de Sheij Isa Qassem, algunas fuentes diplomáticas indican que estos hechos son consecuencia de la luz verde dado por los gobiernos de EEUU y de Arabia Saudí al régimen de Bahrein para que procediera a tal acción.
El canal Al Mayadin informó que Riad y Washington dieron luz verde a la detención de Sheij Isa Qassem, líder religioso de los shiíes de Bahrein.
Las fuerzas de seguridad del régimen dispararon balas que contienen una carga tóxica contra la multitud reunida ante la casa de Sheij Issa Qassem. Al menos cinco personas murieron y más de cien resultaron heridas por estas balas generalmente fabricadas en Gran Bretaña e Israel y que fueron usadas antes por el Ejército israelí contra los palestinos en la Mezquita de Al Aqsa. Las fuerzas del régimen impidieron la ayuda a los heridos.
Del mismo modo, el sitio de información Mashregh News también informa de que el ataque contra la casa de Sheij Qassem se realizó utilizando varios vehículos blindados. Según fuentes locales, cientos de jóvenes bahreiníes fueron heridos cerca de la vivienda. Las fuerzas del régimen bloquearon todas las rutas que conducen a la ciudad de Al Diraz para impedir a cientos de jóvenes shiíes de todo el país acudir a defender a su líder religioso.
Las fuerzas del régimen de Manamá, respaldadas por soldados saudíes, rompieron la puerta de la casa de Sheij Qassem y detuvieron a todos los que estaban presentes en ella. Los testigos dicen que la salud de Sheij Qassem era mala, y agregaron que las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a llamar a las ambulancias para trasladarlo al hospital.
Un error estratégico
Los analistas políticos creen que el régimen de Bahrein ha cometido un error estratégico. Aparentemente, Manamá no conocía bien la influencia del alto dignatario religioso, que es una fuente de imitación, y de los otros ulemas shiíes sobre la población. El gobierno de Bahrein se hizo ilusiones de que Sheij Isa Qassem acabaría por aceptar un exilio voluntario en el extranjero.
Sin embargo, todos esos cálculos se derrumbaron debido a la resistencia del pueblo y de Sheij Isa Qassem, y el régimen de Bahrein hace frente ahora a una nueva crisis. El régimen de Bahrein creía que, con el tiempo, el pueblo reduciría su apoyo y la sentada ante la vivienda de Sheij Isa Qassem terminaría.
El veredicto del Tribunal de Bahrein contra Sheij Isa Qassem ha reunido en el mismo campo a todos los opositores al régimen, a las diferentes corrientes políticas, que han condenado, en su totalidad, el injusto veredicto.
Los ulemas de Bahrein han reaccionado también de forma unánime ante estos hechos. Uno de ellos, Abdulá al Garifi, emitió una fatua señalando que la población debía permanecer en las calles para defender su religión.
La Asociación de Acción Islámica de Bahrein ha anunciado que el rey, Hamid bin Isa al Jalifa, será responsable de cualquier daño que pueda sufrir Sheij Isa Qassem.
Por otro lado, el incremento de la represión en Bahrein para reprimir las protestas populares puede entrañar un resultado inverso, empujando a muchos que no participan en las protestas en la calle de forma habitual a hacerlo. Además, el apoyo de los países occidentales al régimen podría finalizar si la situación se degrada, al igual que ocurrió en otros países árabes donde ocurrieron otras revueltas populares.
Source: PressTV