Aparentemente, podría parece que la crisis de Qatar va a tener un pálido reflejo en Siria. Ambos países, Qatar y Arabia Saudí, han mantenido una actitud hostil hacia Damasco y han apoyado a grupos terroristas en ese país. Qatar, sin embargo, ha desarrollado sus relaciones con algunos de los aliados de Siria, como Rusia e Irán, como también ha hecho Turquía.
Durante su última visita a Moscú, el ministro de Exteriores de Qatar, Mohammed bin Abdurrahman al Thani, afirmó estar comprometido con la unidad, la estabilidad y la seguridad de Siria, aunque reiteró su postura de rechazo a la continuidad del presidente Bashar al Assad.
Lo más importante, sin embargo, para Siria no se deriva de la postura oficial ni de Qatar ni de sus adversarios del Consejo de Cooperación del Golfo, sino de los hechos que la crisis está creando sobre el terreno.
El hecho de que Qatar mantenga un enfrentamiento con Arabia Saudí inevitablemente afectará a su política exterior, como también lo hará el hecho de que el emirato haya tenido que depender hasta un punto de los suministros de comida de Irán. Por otro lado, el Consejo de Cooperación del Golfo ha dejado de existir en la práctica como una estructura unificada y las divisiones en su seno impiden la existencia de una postura común hacia el tema sirio.
Además, el hecho de que Qatar sea acusado ahora de financiar el terrorismo tendrá su efecto en el envío de fondos a los grupos armados que luchan en Siria y otras partes. No es sólo cuestión de voluntad o temor, sino que tiene que ver también con las pérdidas financieras causadas por el bloqueo, que ha paralizado las exportaciones de helio y encarecido el transporte de mercancías desde y hacia el emirato. En este sentido, no hay duda de que la situación en el Golfo Pérsico tendrá una negativa influencia en la situación de los grupos armados sirios.
La crisis de Qatar ha empujado ya a los grupos armados que dependen de Qatar y los que dependen de Arabia Saudí a enfrentarse entre sí por iniciativa de sus patrocinadores. Esto pudo verse recientemente en la Guta Oriental, en la provincia de Damasco, donde el grupo “Yaish ul Islam”, financiado por Arabia Saudí, se enfrentó recientemente a Failuq al Rahman, otra organización apoyada por Qatar y Turquía. El Ejército sirio se benefició de este enfrentamiento para ganar más terreno.
Ha habido informaciones que sugieren que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos han ofrecido apoyo a las Fuerzas Democráticas Sirias, un grupo dominado por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) contra las que Turquía combate. En estos últimos días, el conflicto que opone a las FDS, por un lado, y a los grupos apoyados por Ankara y al propio Ejército turco, por otro, se ha reavivado.
Por otro lado, Qatar y Turquía podrían buscar también fortalecer los grupos opositores alternativos al grupo de Riad autodenominado Alto Comité Negociador, al que varios países occidentales y Arabia Saudí tratan de presentar como el único representante de la oposición a pesar de su nula representatividad en la calle siria.
De este modo, la crisis de Qatar implicará un claro beneficio para el gobierno sirio y sus aliados y decantará aún más la balanza hacia estos últimos con independencia de que las posturas oficiales, tanto la de Qatar como la de Arabia Saudí, no se hayan modificado, pese al fracaso de sus planes en Siria.
Source: Agencias