El viernes pasado, las fragatas Admiral Essen y Admiral Grigorovich así como el submarino Krasnodar de la Marina rusa lanzaron seis misiles de crucero de tipo Kalibr contra centros de mando e importantes depósitos de armas del EI en la provincia siria de Hama.
El ataque fue efectuado sobre el fondo de una ofensiva del Ejército sirio en la provincia.
Algunos podrían creer que el uso de los misiles de crucero resultaba superfluo, ya que los Kalibr están destinados a atacar blancos situados a una distancia de 2.600 kms y a superar sistemas modernos de defensa antiaérea y antimisiles. ¿Hacía falta, pues, utilizarlos contra los terroristas del EI?
Los misiles fueron lanzados después de que el servicio de inteligencia confirmara la necesidad de un ataque masivo de alta precisión contra los sitios terroristas en la provincia de Hama. Rusia utiliza las capacidades de su Marina como elemento de lucha contra el terrorismo internacional. Pero también envía un mensaje inequívoco a EEUU de su determinación de defender Siria.
Tras el derribo de un Su-22 sirio por un avión norteamericano en la región de Raqqa, Rusia suspendió el memorando ruso-norteamericano para evitar incidentes en los vuelos en Siria.
Según el testimonio del jefe de las Fuerzas Aéreas belgas, Frederik Vansina, la advertencia de Rusia de que consideraría blancos legítimos a los aviones de la coalición ha puesto fin a los vuelos de ésta en el cielo de Siria, al oeste del Éufrates, a excepción de la región de Raqqa. Occidente no está habituado a las operaciones en las cuales expone a un riesgo la vida de sus pilotos y la supervivencia de su costoso material militar.
El Pentágono reconoce que en este momento, el Ejército norteamericano es incapaz de contener o vencer a un adversario de fuerza igual tanto más que en Siria los aliados de Damasco, Irán y Rusia, crean de forma conjunta obstáculos a las maniobras y planes de la coalición.
El general de brigada Kevin Ryan, antiguo agregado de la Embajada norteamericana en Moscú y experto en el Centro Belfer de Harvard, cree que la advertencia del Ministerio de Defensa de Rusia no puede ser más clara.
“Rusia dijo que seguirá el vuelo de las aeronaves y demás aparatos de la coalición. Las Fuerzas Aéreas de EEUU ahora serán obligadas a revisar sus operaciones por la sencilla razón de que sus aparatos ya no pueden operar sin ser seguidos y vigilados por los sistemas rusos. Esto significa que los pilotos se han aproximado a una situación en la que podían ser abatidos”, señaló.
Los temores de los estadounidenses y sus aliados crecerán si comprueban que oficiales rusos de nivel inferior ven ampliadas sus competencias en este tema. Si las decisiones son tomadas por un capitán en lugar de por un general, el número de personas que pueden derribar aviones de la coalición crece de manera significativa.
“Durante los años de la Guerra Fría, los rusos derribaron 39 aviones estadounidenses cerca de sus fronteras. Para los militares, derribar un avión no es nada nuevo”, dijo el general.
Los norteamericanos temen a las fuerzas aeroespaciales rusas y, al mismo tiempo, estudian escenarios de conflicto real con Rusia en Siria.
A diferencia de Washington, Moscú opera en la región de una forma legítima y a invitación del gobierno sirio. Si el Pentágono sueña con una división de Siria, las armas rusas de alta tecnología servirán para defender la soberanía e integridad de ese país.
Source: Ag4ncias