El embajador qatarí en Moscú, Fahad bin Mohammad al Attiya, cree que el bloqueo decretado por cuatro países árabes (Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Egipto) contra Qatar podría ser el inicio de una agresión dirigida a “derrocar al régimen de Doha”. En otros casos, como Iraq o Libia, la guerra comenzó mediante una campaña mediática y un bloqueo económico y comercial.
El diplomático norteamericano y antiguo consejero de Seguridad Nacional James Jeffrey declaró que si Arabia Saudí interviene militarmente en Qatar se produciría una intervención militar de Turquía, Irán y Rusia en el Golfo Pérsico.
“Antes de la entrada del primer tanque saudí en el territorio qatarí, aviones de combate turcos, iraníes y quizás rusos aterrizarían en Qatar y una alianza militar se formaría en el Golfo Pérsico!”, advirtió el antiguo embajador de EEUU en Siria e Iraq.
Arabia Saudí y sus aliados rompieron el 5 de Junio sus relaciones diplomáticas con Qatar e impusieron un embargo terrestre, marítimo y aéreo contra Doha.
Exigencias humillantes
Ellos han transmitido una lista de 13 exigencias a Doha y le han dado un plazo de 10 días para aceptarlas, lo que constituye una amenaza para Qatar, que se ha negado a declararse vencido y no está dispuesto a aceptar tales ultimátums.
Guevorg Mirzayán, politólogo de la Universidad de Finanzas de Rusia y columnista de Sputnik, destacó la negativa de Qatar a aceptar tales condiciones, algunas de ellas claramente humillantes, como el cierre de una base militar turca en el país, reducir las relaciones con Irán o pagar compensaciones.
Otra condición que Qatar no piensa aceptar es el cierre de Al Yazira, que no es una simple compañía de televisión, sino una las principales herramientas de la influencia qatarí en la región.
“La aceptación de tales condiciones sería una muerte aplazada [para Qatar]. Esto llevaría a la transformación del país en un estado vasallo de Arabia Saudí”, comenta el columnista.
En términos económicos, la situación no es alarmante para Doha. El volumen de inversión del emirato en el extranjero es de 335.000 millones de dólares. Además, con la venta de gas, Qatar podría mantenerse económicamente. Sin embargo, la presión externa podría provocar un golpe militar, advierte Mirzayán.
“Es por ello que el emir Tamim (bin Hamad Thani) necesita potentes amigos extranjeros”.
Apoyo turco
Según el analista, Qatar no espera mucha ayuda de EEUU, puesto que el Departamento de Estado está tratando de mantener distancia entre todas las partes en conflicto. De momento, la opción más fiable para el emirato es Turquía.
Ankara tenía que elegir si apartarse o participar en el conflicto al lado de Qatar. Erdogan optó por la segunda opción.
Tras el inicio del bloqueo, en los supermercados qataríes aparecieron alimentos turcos. De acuerdo con la Asociación de Exportadores del Mediterráneo Occidental, durante el período del 1 de mayo al 15 de junio, el volumen de exportaciones de frutas y verduras de Turquía a Qatar aumentó en un 724% en comparación con el mismo período del año anterior, con un costo de alrededor de 380 millones de dólares.
Asimismo, el país otomano envió a Qatar un contingente de soldados. En un futuro cercano, Ankara prevé desplegar miles de soldados en el emirato, que podrían ayudar a las autoridades de Qatar a hacer frente no sólo a una potencial invasión sino a posibles disturbios, así como una intentona golpista, pronostica Mirzayán.
El interés turco
Algunos expertos turcos calificaron de apresurada la decisión de Erdogan. Según el ex ministro de Exteriores turco Yasar Yakis el apoyo a cualquiera de las partes en el conflicto solo agravaría el aislamiento internacional de Turquía.
Sin embargo, Erdogan tenía sus propias razones para hacer esa elección, señala el politólogo. Con su intervención, el mandatario turco está defendiendo a su único aliado en Oriente Medio.
Mirzayán recuerda que los qataríes habían aplazado durante mucho tiempo el despliegue de una base turca, acordado a finales de 2014. “Pero ahora, por obvias razones, se han vuelto más dispuestos. Y Erdogan lo aprovecha”, explica.
Asimismo, Turquía entiende que la posible derrota de los países del Golfo Pérsico en el conflicto con Qatar, debilitará a Arabia Saudí y ampliaría el espacio de influencia para el país otomano.
Indignación saudí
Por supuesto, los países que promueven el bloqueo contra Qatar están indignados por la injerencia turca. Para empezar, han incluido en la lista de demandas a Qatar el cierre de la base militar turca.
Si Qatar se niega a cumplir el ultimátum, Arabia Saudí, los EAU y Egipto tienen la intención de imponer sanciones contra Turquía, según algunas fuentes de información. Los países del Golfo Pérsico tienen posibilidades de presionar a Ankara. Los Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, es el inversor más grande de Oriente Próximo en la economía turca. Pero Mirzayán considera que Erdogan aguantará esta presión.
Dichos países destacan la retórica del gobernante AKP en Turquía y de Erdogan acerca de la reconstrucción del Imperio Otomano a costa de los estados árabes. Cabe recordar que hace cien años, Sharif bin Hussein, apoyado por Gran Bretaña, se levantó contra los turcos y los expulsó de la Península Arábiga.
Ahora, sin embargo, los militares turcos han regresado a la Península en el contexto del conflicto entre Qatar y sus vecinos y buscan quedarse allí.
Source: Al Manar