Una creciente campaña internacional de boicot a EEUU se ha extendido desde Escandinavia hasta Canadá, el Reino Unido y otros lugares, a medida que los consumidores se vuelven contra los productos estadounidenses.
Según el periódico británico The Guardian, el evento más significativo hasta el momento ha sido el rechazo de los compradores europeos de automóviles a los vehículos Tesla fabricados por Elon Musk, quien ahora es una figura prominente en la administración Trump como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental, un grupo especial creado por Trump, lo que ha contribuido a la fuerte caída del precio de las acciones de Tesla, que perdieron alrededor del 15% de su valor solo el lunes.
La fuerte caída de las ventas de Tesla en Europa, así como los boicots de los consumidores canadienses en respuesta a los aranceles y los llamamientos de Trump para que Canadá se convierta en el estado número 51, han sido bien documentados, pero la semana pasada se han reportado a diario boicots culturales y otras formas de boicot y desinversión. En Canadá, el himno nacional estadounidense fue abucheado durante los partidos de hockey entre equipos canadienses y estadounidenses, y han surgido numerosas aplicaciones con nombres como “buy beaver”, “maple scan” y “¿es canadiense?” que permiten a los compradores escanear códigos QR y rechazar productos estadounidenses.
Las cifras publicadas esta semana también indican que el número de canadienses que viajan por carretera a EEUU —como hacen la mayoría de los canadienses que suelen visitarlo— disminuyó un 23 % en comparación con febrero de 2024, según Statistics Canada.
Si bien Canadá y México han estado a la vanguardia de la guerra comercial de Trump, el movimiento de boicot es evidente mucho más allá de los países cuyas economías han sido blanco de ataques.
En Suecia, unos 40.000 usuarios se han unido a un grupo de Facebook que llama al boicot de empresas estadounidenses y ofrece alternativas a los productos de consumo de esa nacionalidad.
Un miembro del grupo escribió: “Reemplazaré tantos productos estadounidenses como sea posible, y si muchos lo hacen, afectará claramente al suministro en las tiendas”.
En Dinamarca, la amenaza de Trump de someter el territorio autónomo de Groenlandia a control estadounidense generó indignación generalizada.
En consecuencia, el Grupo Saling, la mayor empresa de alimentación, anunció que colocará una estrella negra en los productos fabricados en Europa para que los consumidores puedan elegirlos en lugar de los fabricados en EEUU.
“Estamos facilitando la compra de marcas europeas”, escribió el director ejecutivo, Anders Haag, en LinkedIn.
Quizás aún más sorprendente sea la decisión de las empresas de romper vínculos con EEUU. Haltback, la mayor empresa privada de abastecimiento de combustible de Noruega, anunció recientemente un boicot a sus operaciones ocasionales de abastecimiento de combustible para buques de la Armada estadounidense.
Source: Al Mayadeen