La administración Trump prohibió el jueves 22 de mayo a la prestigiosa universidad privada Harvard admitir a estudiantes extranjeros, privando a la institución de un importante medio de difusión. Esta fue una decisión impactante y una nueva escalada en la represión del gobierno estadounidense contra la educación superior.
Según su sitio web, la universidad del noreste de EEUU, considerada una de las mejores del mundo y de la que han salido 162 premios Nobel, acoge este año a unos 6.700 “estudiantes internacionales”, es decir el 27% del total.
“La certificación del programa SEVIS (Estudiantes y Visitantes de Intercambio) de la Universidad de Harvard queda revocada con efecto inmediato”, escribió la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en una carta a la institución.
Según la responsable, esto significa que Harvard tendrá prohibido admitir estudiantes con visas F o J para el año académico 2025-2026, una pérdida potencialmente inmensa para el campus, tanto financiera como en términos de influencia internacional.
“Esta decisión (…) es la última de una serie de medidas de represalia y de autoritarismo flagrante contra la institución de educación superior más antigua de EEUU”, denunció en Harvard la Asociación Americana de Profesores Universitarios (AAUP).
La administración Trump busca ilegalmente destruir la educación superior en EEUU.
Ultimátum
Según Kristi Noem, los estudiantes internacionales ya inscritos deben “transferirse” a otra universidad o corren el riesgo de perder su visado.
Una iniciativa que ya tomó Karl Molden, un estudiante austriaco de 21 años de gobierno y letras clásicas, que no esperó a que cayera el hacha y se matriculó en la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña.
“Me encanta Harvard y entrar allí fue el mayor privilegio de mi vida”, dijo a la AFP, “pero EEUU se está volviendo cada vez menos atractivo para la educación superior”.
La ministra acompañó su sorprendente decisión con un ultimátum: si Harvard quiere recuperar este “privilegio”, deberá facilitar en 72 horas toda la serie de informaciones que pueda tener sobre hipotéticas actividades “ilegales” de sus estudiantes extranjeros durante los últimos cinco años.
“Esta decisión del gobierno es ilegal”, respondió inmediatamente un portavoz de Harvard cuando fue contactado por la AFP.
“Estamos plenamente comprometidos a mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, que provienen de más de 140 países y enriquecen enormemente a la universidad y a esta nación”, añadió la institución.
Esta última se distinguió hace varias semanas al llevar al gobierno a los tribunales por la cuestión de la retirada de su ayuda federal.
La administración Trump ha lanzado un amplio ataque contra la educación superior en EEUU, acusando a las universidades privadas más prestigiosas, incluidas Harvard y Columbia, de permitir que florezcan las protestas contra la guerra genocida de “Israel” en Gaza y de no “proteger adecuadamente a los estudiantes judíos” durante las manifestaciones.
Más de 53.000 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños, han sido asesinados desde el comienzo de la guerra genocida de “Israel” contra Gaza el 7 de octubre de 2023.
El campo republicano en términos más generales acusa a las principales universidades estadounidenses de promover ideas de izquierda consideradas demasiado progresistas.
Los grupos de defensa de las libertades individuales ven esto como un ataque a la libertad de expresión y un intento de silenciar cualquier crítica a las políticas de “Israel”.
“Pánico”
En su enfrentamiento con Harvard, el gobierno estadounidense ya había recortado más de dos mil millones de dólares en subvenciones, poniendo fin a ciertos programas de investigación.
Harvard ha presentado una contrademanda ante los tribunales para defender su libertad académica, una medida bien recibida por muchos estudiantes y profesores.
“Estamos trabajando para brindar asesoramiento y apoyo a los miembros de nuestra comunidad lo antes posible. Esta represalia amenaza con causar graves daños a la comunidad de Harvard y a nuestro país, y compromete la misión académica y de investigación de Harvard”, añadió el portavoz de la universidad.
Alice Goyer, una estudiante estadounidense de cuarto año en el campus, dijo a AFP que la noticia había comenzado a circular, pero que “nadie sabe” qué significa para sus compañeros estudiantes internacionales ya inscritos en Harvard.
“Todo el mundo está entrando en pánico un poco”, añadió, esperando una “batalla jurídica” contra esta decisión impactante.
Source: Agencias