Por ley, las gasolineras libanesas deben vender en moneda nacional los derivados del petróleo, mientras que los suministradores exigen pago en dólares estadounidenses.

Un decreto del Banco Central establecía un mecanismo financiero que aún no funciona, para que los dueños de estaciones de servicio accedieran a las divisas con la tasa oficial.

Por lo tanto, las operaciones más recientes los están llevando a la ruina, porque consiguen billete verde a valores más altos.

‘Ante esta amarga realidad, dijo Barracks, debemos adoptar una posición firme hasta tanto sean efectivas las medidas para garantizar los derechos de los trabajadores del ramo y el plazo es hasta el lunes’.

Después de quejas que causaron dos días de paro, el Banco Central de El Líbano accedió a crear cuentas para que esos clientes adquirieran la divisa verde al tipo de cambio oficial.

Quienes comercializan bienes diferentes a los combustibles, los medicamentos y el trigo, no estaban cubiertos, precisó una nota difundida de la institución financiera.

En los últimos tiempos, tal vez por rumores infundados, se registra una escasez de divisas y los bancos se niegan a venderlas.

Los comerciantes de trigo, medicamentos y combustible, estimados vitales para el país, entraron en una crisis por las dificultades de conseguir divisas que al faltar en el mercado, comenzaron a obtenerlas a un precio inflado.