El presidente estadounidense, Donald Trump, ha descartado el envío de tropas estadounidenses a Siria para luchar contra el gobierno del presidente Bashar al Assad, insistiendo en que derrotar al EI sigue siendo la primera prioridad de Washington.
“No vamos a ir a Siria. Nuestra política es la misma. No ha cambiado. No vamos a Siria”, Trump dijo a Fox News el martes.
Estos comentarios han sido vistos como un intento de limpiar el aire en medio de especulaciones de que el ataque con misiles de EEUU de la semana pasada contra la base aérea de Siria podría ser el preludio para una invasión.
El ataque de 59 misiles Tomahawk contra la base fue presentado como una respuesta por el incidente químico de Jan Sheij, del que EEUU ha culpado sin pruebas al gobierno de Bashar al Assad.
La acción militar, junto con el cambio de tono de las autoridades estadounidenses sobre el futuro de Assad, provocó la especulación de si EEUU y sus aliados occidentales estarían dispuestos a invadir Siria,.
“Nuestra gran misión es deshacernos del EI”, dijo Trump. “Ahí es donde siempre hemos estado. Pero cuando ves que los niños se ahogan hasta la muerte, ves que sus pulmones arden, tuvimos que golpearlo (Assad) y golpearlo fuertemente”, dijo Trump repitiendo sus acusaciones infundadas contra el presidente Bashar al Assad.
En relación a Rusia, Trump dijo que “no estamos en la misma onda exactamente” en relación a Siria.
Pérdida de apoyos
Por su parte, el analista Daniel McCarthy, de la publicación norteamericana The National Interest, dijo que el ataque contra Siria podría costarle mucho políticamente a Donald Trump en la medida en que el inquilino de la Casa Blanca ha perdido a algunos de sus fieles partidarios, incluido Ron Paul y Pat Buchanan, que se habían alineado detrás de la bandera “America Primero” de Trump.
Según McCarthy, aquellos que votaron por Trump esperaban, sobre todo, restricciones a la inmigración en EEUU y la retirada de su país de los conflictos de Oriente Medio.
Sin embargo, Trump llevó a cabo el ataque y buscó apoyos en halcones belicistas como John McCain y Lindsey Graham y en neocon sionistas como Bill Kristol.
De este modo, The National Interest estima que Trump carece ahora prácticamente de puntos de apoyo para sus políticas y él es ahora menos popular que cualquier otro presidente anterior.
Source: Sitios Web